Consumo y abuso de sustancias: tipo anfetamínico (parte I)

Hace unas semanas el Dr. Ricardo Nanni hablaba del problema que representa el consumo de metanfetaminas en el país, tras ser declaradas un problema de salud pública por el subsecretario de salud Hugo López-Gatell.

Debido a que el tema de las anfetaminas es muy amplio, este contenido se dividirá en tres entregas:

  1. Anfetaminas y metanfetaminas
  2. MDMA (Éxtasis) y efedrina
  3. Usos médicos y abuso (fentermina, metilfenidato, etcétera.)

¿Qué son las anfetaminas?

El término “anfetaminas” puede significar varias cosas: la sustancia α-metilfenetilamina, el conjunto de anfetamina y metanfetamina, o el conjunto de sustancias químicamente similares (anfetamina, metanfetamina, MDMA, MDA, éxtasis, efedrina, pseudoefedrina, fentermina, metilfenidato, etc.). Estas sustancias tienen en común tanto su estructura química como su efecto estimulante.1,2

A diferencia de otras sustancias que requieren precursores muy específicos (por ejemplo, para producir cocaína se requiere extraer la sustancia de la planta de la coca), las anfetaminas y sus derivados pueden sintetizarse a partir de distintos precursores, que son económicos y relativamente fáciles de conseguir. Éstos varían según la región geográfica; por ejemplo, en Asia, África y Oceanía se sintetiza a partir de la pseudoefedrina, mientras que en algunas partes de Europa se utiliza el Benzilcianuro, en Afganistán se utiliza la planta Ephedra y en México es el ácido fenilacético. Esto ha facilitado su uso extendido en todo el mundo.1,3

La presentación más común es el hidrocloruro de metanfetamina, que tiene forma de cristales blanco-transparentes, por lo que se le llama “cristal” o “crico” (crystal meth o ice, en inglés) y su presentación de calle suele tener una pureza del 80 %.4 Estas se pueden consumir mediante aspiración, inhalación, vía oral e intravenoso. La vía oral, por lo general, tiene efecto de 2 a 4 horas después de su consumo, mientras que por las otras vías actúa en unos pocos minutos. También suele consumirse acompañada de otras sustancias, sobre todo opioides.1,3

¿Cómo comenzó el uso de anfetaminas?

La primera anfetamina fue sintetizada en 1880 en Rumania y se utilizó como un colorante sintético. De forma simultánea, en Japón, la efedrina y la pseudoefedrina fueron aisladas de la planta conocida como Efedra. En 1920, también en Japón, fue sintetizada la metanfetamina. En un principio se usó como un medicamento para los ojos, pero después fue comercializado como tratamiento para la alergia.

A finales de 1930 se extendió su uso para “aumentar la energía”, sobre todo entre trabajadores de hospitales. En Alemania, la metanfetamina se anunciaba como un medicamento para “restaurar la alegría en el trabajo”. A la par se empezaron a usar en pacientes con déficit de atención, lo que derivó en los primeros usos sin indicación médica documentados, cuando comenzaron a usarse entre estudiantes en Estados Unidos y Reino Unido para mejorar la concentración. También para esta época empezó su uso médico para ayudar a los pacientes a bajar de peso.2

Tal vez, el uso histórico más conocido fue en los militares durante la Segunda Guerra Mundial, donde tanto el ejército alemán, como el estadounidense y el británico distribuyeron la metanfetamina entre los combatientes, primero para aliviar el cansancio y aumentar la valentía y la agresividad y, después, para tratar la “neurosis de la guerra” y la “fatiga del combate”. Gran Bretaña y Alemania notaron el abuso entre los soldados y retiraron la metanfetamina de su uso militar, mientras que Estados Unidos continuó distribuyéndola en su ejército y seguiría utilizándose hasta la Guerra de Corea.2

Hasta 1960 el uso de anfetaminas y las sustancias relacionadas fueron prohibidas en diversas leyes a nivel internacional.2

¿Cuáles son los efectos de la anfetamina y metanfetamina?

Tanto la anfetamina como la metanfetamina producen los mismos efectos, sin embargo, debido a una mayor penetración en el cerebro y un efecto más prolongado, la metanfetamina es más potente. Debido a que liberan hasta 60 veces más neurotransmisores de lo habitual; estas sustancias producen sensaciones placenteras como reducción de la fatiga, sensación de bienestar, desinhibición, excitación sexual y aumento de la atención.4 Sin embargo, no todos los efectos son placenteros.

El consumo de anfetaminas y metanfetaminas causa actitudes violentas, habla rápido y de forma confusa, pupilas dilatadas, paranoia, taquicardia, sudoración, nerviosismo e inquietud. También existe un aumento de la presión arterial, cuando éste es demasiado elevado, puede causar daño en corazón, riñón y cerebro, esto incluye disección aórtica y muerte súbita cardiaca.3,4

En la parte mental, puede haber agitación, ideación suicida, alucinaciones (auditivas, táctiles), sensación de persecución. La sensación de animales caminando sobre la piel es común, lo que provoca que las personas se lastimen la piel por rascarse de forma constante. Otra característica común es la caries severa, que es una consecuencia de la constricción de los vasos sanguíneos de las encías, la sequedad de la boca y la falta de higiene. La mitad de las personas presentan psicosis hasta 6 meses después de suspender el consumo y requieren tratamiento médico a largo plazo.3,4

Debido al aumento de la excitación y el placer sexual, junto con la desinhibición, la sensación de mayor energía y la pérdida del control de impulsos, las personas suelen tener conductas sexuales de riesgo, que incluyen las relaciones sexuales sin protección, relaciones sexuales con desconocidos y relaciones sexuales compulsivas.4

¿Cómo es el tratamiento de una persona que abusa de la anfetamina o metanfetamina?

El abuso de estas sustancias es difícil de manejar y las recaídas son esperadas. Al momento, no existe un único tratamiento farmacológico efectivo para estos pacientes. El tratamiento incluye el internamiento para manejar la abstinencia. Algunos de los fármacos que se utilizan con estos pacientes, principalmente en los casos de sobredosis, incluyen las Benzodiacepinas, los antipsicóticos y la Difenhidramina.3,4,6

¿Cuál es la magnitud del problema?

El abuso de sustancias anfetamínicas y en especial de la metanfetamina ha sido un problema en aumento en todo el mundo. A nivel mundial, la metanfetamina es la segunda sustancia ilícita más consumida, sólo por debajo de la marihuana. México, junto con Estados Unidos, China, Tailandia y los países de Medio Oriente han registrado el mayor aumento en el consumo en la última década.5

En México, entre 2013 y 2020, el número de personas tratadas por abuso de anfetaminas, especialmente la metanfetamina, aumentó en un 218 %, con lo que se posicionó como la sustancia más utilizada entre los pacientes que requieren tratamiento por abuso; el 9 % de las mujeres y el 16 % de los hombres en México han consumido metanfetaminas en el último año.1,6

México es el principal productor de metanfetamina en el continente americano, desde aquí, se distribuye tanto para consumo local, como para su exportación a Estados Unidos, Canadá, Europa y Oceanía.1

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Referencias:

  1. United Nations Office on Drugs and Crime. World Drug Report 2022. 4. Drug Market Trends: Cocaine, Amphetamine-type stimulants, new psychoactive substances. 2022.
  2. Rasmussen N. Amphetamine-Type Stimulants: The Early History of Their Medical and Non-Medical Uses. Int Rev Neurobiol. 2015;120:9-25.
  3. Richards JR, et al. Methamphetamine Toxicity. 2023. In: Stat Pearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023
  4. Cruickshank CC, et al. A review of the clinical pharmacology of methamphetamine. Addiction. 2009;104(7):1085-99.
  5. Ballester J, et al. Pharmacological treatments for methamphetamine addiction: current status and future directions. Expert Rev Clin Pharmacol. 2017;10(3):305-314.
  6. Observatorio mexicano de salud mental y consumo de sustancias psicoactivas. Informe sobre la situación de la salud mental y el consumo de sustancias psicoactivas en México. 2021
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